
Sobre mí
Hola, soy Alexander Herrera
Recorro el mundo en la búsqueda de imágenes que cuenten historias extraordinarias, historias que nos lleven a reflexionar sobre nuestra condición humana y cómo nos conectamos entre nosotros y con nuestro planeta.
​
Me especializo en fotografía de viajes de autor, fuertemente influenciado por el street photography y fotografia impresionista. Mis piezas no solo documentan mi entorno itinerante, también son una expresión de mi viaje interior, un reflejo de mi evolución como hombre y ser humano. Para mí, no existe un modo mejor de crecer como persona que la fusión entre el arte visual y el nomadismo digital.
​
Mi visión es influenciar positivamente a la humanidad a través de mi obra, logrando que al interactuar con ella el espectador tome conciencia y haga uso pleno del infinito potencial que Dios ha puesto en ellos cuando los creó a su imagen y semejanza.
Mi Historia
Nací el 20 de junio de 1977 en Caracas, Venezuela, y crecí en Maracay.
​
Mi camino en las artes comenzó a los 8 años, cuando un familiar me regaló un pequeño tambor.
Ese gesto se convirtió en un punto de inflexión: desde entonces, todo lo importante en mi vida ha estado vinculado, de una u otra forma, al arte.
​
Desde los 15 años trabajé como percusionista y luego, mi inquietud por entender el mundo técnico detrás de la música me llevó a estudiar Ingeniería de Sonido en el T.A.S, en la ciudad de Caracas.
Esa etapa cambió mi vida: aprendí a percibir el mundo de una manera diferente, a prestar atención a los detalles; silencios, atmósferas y texturas, cualidad que más tarde se convertirían en la base de mi mirada fotográfica.
​
La fotografía, sin embargo, llevaba mucho tiempo rondando mi vida. Mi padre documentaba nuestros viajes familiares con una cámara analógica que compró en su juventud. Durante años repetía: “usa la cámara, haz fotos, la fotografía es algo hermoso”. De manera consciente rechacé esa idea por años, pero la semilla quedó sembrada en mi subconsciente hasta que, tras incursionar en el mundo de las artes plásticas a finales de los 2000s, contraté a un amigo fotógrafo para registrar mis obras. Al ver el resultado, entendí que la fotografía no solo documenta: puede reinterpretar y transformar una propuesta artística, convirtiéndola en una nueva obra. Esa epifanía marcó el inicio de mi relación seria con arte de "dibujar con la luz".
​
En 2017 tomé, junto a quien entonces era mi novia y hoy es mi esposa, una decisión vital: emigrar de Venezuela. Nos convertimos en nómadas digitales y viajamos por tierra durante un año, desde Venezuela hasta Chile. La fotografía se volvió el eje central para documentar ese recorrido.
​
Después de establecernos durante seis años en Chile, continué fotografiando de manera ocasional, y poco a poco empecé a estudiar y profundizar en el lenguaje fotográfico y en la obra de otros autores. El cine, que siempre ha sido para mí una forma de leer el mundo, empezó a influenciar fuertemente mi mirada. Mi trabajo fue adquiriendo un carácter cada vez más cinematográfico e impresionista.
​
A comienzos de 2024 retomamos la vida nómada. En este punto comprendí que todas las disciplinas que he transitado —música, ingeniería en sonido, artes plásticas y cine— convergen en mi práctica fotográfica enfocada en recorrer el mundo en búsqueda de historias extraordinarias.
​
Creo en la libertad para amar, crear y explorar; en la amistad como legado; en la multiculturalidad y la inclusión como fuerzas creativas; en la creatividad como puente entre almas y en la fotografía como un lenguaje universal.
​
Hoy entiendo y vivo bajo la premisa de que en realidad no fotografiamos lo que vemos, sino lo que sentimos. Eso que guardamos en lo más profundo de nuestro ser y nos identifica como seres humanos es el filtro que nos permite interpretar el mundo a través de nuestra expresión artística.


